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Había una vez un niño que pensaba que los regalos de reyes los traían personas que trabajaban en una empresa y que se dedicaban a repartir regalos por toda su ciudad.
Un día, por la noche, demasiado tarde, el niño salió al monte a pensar cómo podía salir a luz la verdad.
Entonces, cinco minutos después vio grandes sombras que seguían una estrella, se acercó sin hacer ruido, y descubrió a los reyes magos.
Luego, entró en su casa emocionado. Sus padres le preguntaron que porqué estaba tan contento, y él no tenía palabras para explicarlo. A la mañana siguiente vio, al lado de su zapato, un regalo muy especial para él. Era una carta de los reyes magos, que decía:

“Hola muchacho, da igual que no creyeras en nosotros, te queremos, que disfrutes creyendo en nosotros y con tus maravillosos juguetes. Espero que te gusten."

El niño fue dando la noticia de que los reyes magos existían y todos pensaban que estaba loco, pero él, aún así, seguía creyendo en los reyes magos.

Escrito por Claudia

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